Fuente Fotografía: ABG

Junio 2023

Estas personas realizan una de las labores más valiosas atendiendo a sus familiares enfermos en un ambiente cálido, lo que les aporta un impacto positivo en su bienestar emocional y físico. Ejercer esta labor no profesional es una tarea desafiante que requiere una gran dedicación, paciencia y habilidades específicas, y que a menudo resulta emocionalmente agotadora e implica sacrificar la propia vida personal y profesional para atender a los demás.
A través de la Fundación Caser se describieron 9 hábitos y consejos que pueden ayudar a estas personas no profesionales a cuidar de sus seres queridos, mientras se cuidan a sí mismos física y mentalmente.
 

1. Escribe y medita: Para aliviar la tensión mental, tomarse unos minutos al día para meditar o realizar actividades como el yoga, que conectan el cuerpo y la mente. Es beneficioso escribir los pensamientos y emociones que surgen durante los momentos más complejos, ya que esto permite reflexionar sobre las experiencias vividas y encontrar formas de mejorar.
2. Evita sentimientos de culpa: Deben requerir en lo positivo y valorar sus esfuerzos y logros diarios, sin culparse por aquellas cosas que no pueden controlar. Mantener una actitud optimista les aporta la paciencia necesaria para manejar los desafíos diarios del cuidado de una persona dependiente de manera efectiva.
3. Apóyate en otras personas: Buscar apoyo emocional de manera temprana es una herramienta valiosa para afrontar la carga de cuidar a alguien. La falta de apoyo social puede llevar a un aislamiento emocional que afecta a la salud mental.
4. Prepárate para las transiciones: Las personas que cuidan de otras transitan por varias etapas, que van desde los momentos donde se asumen los mayores picos de trabajos de cuidado, hasta otros donde baja la intensidad del mismo. Conocer los límites propios y buscar alternativas si la carga parece abrumadora es esencial.
5. Cuida tu alimentación: Atender a personas con dependencia requiere un gran esfuerzo físico, por ello es clave mantener una alimentación equilibrada para tener el nivel de energía necesario para desempeñar las tareas del cuidado
6. Realiza actividad física: El ejercicio es fundamental para la salud física y mental, y es una excelente herramienta para reducir los niveles de estrés y ansiedad. La actividad física no solo beneficia a la persona que cuida, sino también a la persona dependiente, ya que puede mejorar su movilidad y estado de ánimo.
7. Vigila tu postura: La carga física que conlleva esta tarea puede provocar lesiones y dolores en la espalda. Para evitar problemas, es importante prestar atención a la postura corporal, tanto en el desempeño del cuidado como en las actividades cotidianas.
8. Ordena tu espacio: Hacer que el entorno sea lo más cómodo posible tanto para la persona que cuida como para la persona dependiente. Para lograrlo, es importante adaptar el entorno de cuidado eliminando cualquier obstáculo o mobiliario necesario que pueda dificultar el acceso y movimiento de la persona dependiente.
9. Cuida tu higiene: Mantener una buena higiene ayuda a sentirnos saludables y mejorar nuestra calidad de vida.

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