“A mí me llegó la revista del ayuntamiento a casa y yo ya ojeando encontré lo que necesitaba, tenía desde la pandemia, antes, antes ya de la pandemia los pies muy mal y si te hablo de las lumbares …para echarme a llorar”
-Nos apunta Dª Dorotea.

“Tan sencillo como llamar al teléfono que encontré en la revista y enseguida me atendieron y me dieron cita para el centro donde yo quería, pero calla, que además podía verme también la fisioterapeuta y en el mismo día, vamos seguido, me atendieron los dos… Vamos que entré con 74 años y sali con dieciséis” ja ja ja.
-Ríe nuestra querida Dorotea, con su simpatía y buen humor.

“Me gustó mucho el servicio de las dos cosas porque como son chiquitos jóvenes, ellos siempre están fuertes y saben lo que se hacen, preparados como están y tan educados claro. Pero que me di cuenta, que estos cuidados yo no los tengo que abandonar porque como la salud de uno no hay nada, bueno ¡la de los hijos! pero que me refiero a que yo poderme calzar bien y caminar, poder estirarme y dormir más a gusto que estaba en un grito con la espalda… ¡que es calidad de vida! me sale bien de precio, que las pensiones son lo que son y además ¿Quieres que te diga una cosa?…”
- Claro Dorotea, lo que quiera

“Me vengo con dos amigas de la gimnasia, y mientras a una la hacen una cosa, la otra entra a otra, y aquí al final nos encontramos muchas y si luego nos apetece, nos tomamos un café y ya hemos echado la mañana o la tarde. Que, a los mayores, no nos gusta estar sin hablar con nadie, aquí nos encontramos y hablamos todos.”
- Muchas gracias Dorotea por su testimonio, ha sido un placer y siga usted tan activa y simpática.

“¡Gracias hija!”