13/03/2022 14:10

La Comunidad de Madrid regula el cohousing o viviendas colaborativas

Las viviendas colaborativas, o el cohousing en su terminología inglesa, es una alternativa a los centros geriátricos o los pisos tutelados. Los mismos interesados se unen para idear, construir y convivir en un mismo complejo residencial que combina los espacios privados con las zonas comunes. El fenómeno nació en los años sesenta en Dinamarca y se ha consolidado en Suecia, Estados Unidos y Canadá. Ahora el cohousing llega a España.

El cohousing combina la independencia de una casa y algunos de los servicios que ofrecen una residencia, pero la diferencia respecto a los modelos tradicionales, es el poder de decisión de sus usuarios. Las viviendas colaborativas se presentan como otro modelo de vida, sostenible y autogestionado, para una vejez más activa. “Es una forma de vida más económica, sostenible y cómoda”, según algunos usuarios.

La Comunidad de Madrid, junto con distintas asociaciones y entidades relacionadas con el cohousing, ha detectado la necesidad de regular la autorización de estas viviendas, con unos criterios flexibles que permitan combinar la autogestión de estos espacios con el derecho de los mayores a recibir una atención integral, centrada en el usuario y en los apoyos que necesite en cada momento, y que cumpla los requisitos y estándares de calidad establecidos.

La Comunidad de Madrid ha publicado, a través de la Consejería de Familia, Juventud y Política Social, una resolución que, por primera vez, va a permitir inscribirse como centros de servicios sociales a las viviendas colaborativas para la promoción de la autonomía personal y la atención a la dependencia para personas mayores de la región. El Gobierno regional abre así la puerta al establecimiento y desarrollo de este modelo con todas las garantías para sus usuarios, ya que -como el resto de instalaciones de este tipo- estarán sometidas a inspección. También tendrán que cumplir unos requisitos, que incluyen la prestación de servicios de apoyo y cuidados cuando el 25% de los residentes estén en situación de dependencia.

Estas viviendas cuentan con zonas privadas y otros espacios comunitarios configurados para promocionar el envejecimiento activo y la atención ante situaciones de dependencia de los convivientes.

Es este último punto en el que la Comunidad de Madrid, junto con distintas asociaciones y entidades relacionadas con el cohousing, ha detectado la necesidad de regular la autorización de estas viviendas, con unos criterios flexibles que permitan combinar la autogestión de estos espacios con el derecho de los mayores a recibir una atención integral, centrada en el usuario y en los apoyos que necesite en cada momento, y que cumpla los requisitos y estándares de calidad establecidos.

La resolución establece los criterios que deben cumplir las viviendas comunitarias que deseen lograr esta autorización, que, una vez obtenida, les reconocerá como centro de servicios sociales sujeto al cumplimiento de la normativa y a las visitas de inspección que la Dirección General de Evaluación, Calidad e Innovación realiza a todos los centros sociosanitarios de la región.

Entre los ejemplos de viviendas colaborativas en Comunidad de Madrid, encontramos el proyecto Trabensol, en Torremocha del Jarama.

Fuente: Comunidad de Madrid

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