11/04/2022 19:28

La realidad de los primeros mayores con VIH

La doctora Fátima Brañas, jefa de Geriatría del Hospital Universitario Infanta Leonor, de Madrid, coordina un grupo de trabajo sobre envejecimiento y VIH. “¿Personas VIH en las consultas de Geriatría? Eso era impensable décadas atrás. Pero ahí están”, explica la doctora Brañas. y añade: “Hacerse mayor es un éxito para cualquiera, pero si tienes VIH el éxito es aún mayor. Y será total si conseguimos que estas personas envejezcan con calidad de vida”.

“Es una realidad, un hecho objetivo. En nuestras consultas, más de la mitad de los pacientes son mayores de 50 años”, explica la doctora Matilde Sánchez Conde, infectóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. “Y es una proporción que va a ir aumentando, lo que hace que sea necesario estudiar e investigar cómo va a ser su vejez”.

Una población deteriorada psíquica y emocionalmente

Estos aspectos psicosociales son esenciales a la hora de valorar el envejecimiento, entienden las doctoras Brañas y Sánchez Conde. “Es cierto que el estado inflamatorio propio de las personas con VIH se asocia a un envejecimiento precoz y a la aparición adelantada de comorbilidades, como cardiopatías, problemas renales… Pero hay una visión novedosa: hacer un abordaje más global en el que también tengas en cuenta la situación mental y social de los mayores con VIH”.

Otra clave, apuntan, es un abordaje multidisciplinar centrado en la detección del riesgo y en la calidad de vida. Con respecto al riesgo, uno de los hallazgos es que, con un diagnóstico precoz “se puede revertir la fragilidad. Y la mejor herramienta es un programa de ejercicio físico. No solo caminar o moverse, sino pautas concretas individualizadas”. Y, en cuanto a la calidad de vida, “ya no nos preocupa tanto el VIH, sino todo lo demás: el estigma, la soledad no voluntaria, los trastornos del estado de ánimo, la depresión… “.

Es también la base del trabajo de Federico Armenteros en la Fundación 26D que se creó en 2010 con el objetivo de proteger y velar por los derechos de los mayores de 50 años con VIH. “Tenemos que ayudarles en sus derechos y necesidades, pero no desde el paternalismo sino desde la comprensión, el apoyo y el cariño. Nos encontramos con personas aterradas y que muchas veces tienen rabia ante el mundo. Así están. Son personas que se han construido desde el rechazo y ello ha llevado a muchos suicidios, tanto activos como pasivos: se han abandonado, se han dejado caer en el alcohol…”.

Y ahora, en la vejez, llegan otros miedos, advierte Tere García (paciente con VIH): “Los médicos que nos han estado atendiendo también envejecen, se van jubilando, y hay mucho temor acerca de quiénes les sustituirán, de cómo nos van a atender. Las personas con VIH más mayores lo hablan todo con su doctor, con su doctora, y ahora preguntan: ‘¿Y quién me va a atender ahora a mí?”.

Fuente: elpais.com

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