El miedo a salir a la calle por el Covid-19, y la necesidad de utilizar la tecnología ha impedido el acceso a los mayores a muchos servicios públicos. La petición de una cita médica, gestiones administrativas, acceso a una consulta virtual, videollamadas …. dejan atrás a muchos mayores.

La pandemia ha acelerado el proceso hasta niveles inimaginables, pero de forma desigual según la edad. Los más mayores continúan desatendidos, por mucho que ahora se animen más a utilizar el móvil e internet.

Como explica Andoni Alonso, catedrático de filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid, la población de más edad se enfrenta a un darwinismo tecnológico. O se adapta a las condiciones impuestas o queda excluida.

Podríamos hablar que los mayores se encuentran en una situación de exclusión social, debido a la brecha digital. El día a día en los tramites bancarios, compras on line etc, les excluye de parte de la sociedad.

El problema no solo surge de la falta de adopción de herramientas o habilidades digitales entre las personas mayores, sino que muchas experiencias digitales simplemente las excluyen de sus propuestas de valor. Incluso si se digitalizaran, las soluciones podrían no cubrir sus necesidades y aspiraciones.

¿Escuchamos a los mayores? ¿Las tecnologías escuchan a los mayores?
Algunos mayores comentan que “las tecnologías no escuchan a los mayores y no saben lo que necesitan”. Saben que existen apps que “solucionan todo”, pero para ellos no existe. Las condiciones en las que viven las personas mayores no se solventan con alardes innovadores. Las interacciones con otras personas es lo que echan en falta cuando abren una aplicación.

Una adaptación digital se hace necesaria para poder evitar la brecha digital en los mayores.

Algunas soluciones parten por escuchar a los mayores, valorar sus necesidades y crear herramientas accesibles y sencillas. También apoyarles en su aprendizaje digital a través de personas “lazarillos digitales”, jóvenes voluntarios que enseñas a los mayores el uso de estas herramientas.

Las nuevas tecnologías deben acercarse a las personas mayores, como forma de evitar la soledad no deseada y el aislamiento, ofreciendo herramientas y recursos para mejorar su calidad de vida.

Fuente: elpais.com