11/05/2022 20:49

Retos en el proceso de envejecimiento de las personas con discapacidad intelectual

A mayor longevidad, más necesidades de atención, y las personas con discapacidad intelectual (DI) también se hacen mayores. Esta preocupación ha evolucionado en paralelo al envejecimiento de la población general derivado del aumento de la esperanza de vida.

Aunque la esperanza de vida de las personas con DI es entre 10 y 20 años menor que la de la población general, esta ha aumentado notablemente en los últimos años. Como consecuencia de ello, la enfermedad de Alzheimer y los problemas de salud mental aumentan su prevalencia cuando envejecen y se trata de una población y generación con menor visibilidad (permanecen en casa, mayor institucionalización...). Aunque se trata de un grupo heterogéneo, con diferencias significativas en función de la discapacidad, el envejecimiento se da de forma prematura

Según un informe del Consejo General de Trabajo Social –publicado en 2019 bajo el título ‘El proceso de envejecimiento en personas con discapacidad intelectual: Necesidades específicas y propuestas de intervención’–, aunque en España se desconoce la población exacta de personas con DI que envejecen, diferentes indicadores apuntan que residen en torno a 35.700 personas con DI mayores de 45 años (INE, 2008). “Teniendo en cuenta la incidencia real de esta nueva realidad demográfica, resulta evidente que se trata de un colectivo que debería ser priorizado. A pesar de ello, este grupo continúa invisibilizado, ya que es mucho lo que aún se desconoce acerca de sus condiciones de vida, problemáticas, efectos del sobre envejecimiento e, incluso, de las situaciones de exclusión social a las que suelen enfrentarse”. 

Hace tan solo dos meses, el Senado anunció la aprobación del Informe de la Ponencia de Estudio sobre el Proceso de Envejecimiento en España, un documento dirigido a mejorar la vida de las personas mayores que aboga, entre otras cuestiones, por un Pacto de Estado para la protección y promoción de los derechos de las personas mayores, el impulso a una ley integral para la igualdad de trato y no discriminación, y la elaboración de una estrategia nacional sobre la soledad no deseada.

Así pues, la aprobación de este documento supone un avance ya que hace referencia a conceptos como la creación de espacios amigables e inclusivos, la soledad no deseada, la promoción de la autonomía personal y del envejecimiento activo y saludable, y la necesidad de nuevas ofertas y modelos de vivienda y cuidados de larga duración. 

Son evidentes los avances que ha hecho nuestra sociedad en el camino hacia la inclusión, como por ejemplo la legalización del derecho al voto para 100.000 personas incapacitadas judicialmente para ejercerlo o el reciente reconocimiento del derecho a la accesibilidad cognitiva en la Ley General de Discapacidad.

Pero también continúan determinadas formas de discriminación en el acceso a la salud, derechos sexuales y reproductivos, la actividad física. Conseguir una buena calidad de vida en general y en capacidad económica, es imprescindible para un envejecimiento idóneo aunque la realidad muestra que esta muy por debajo de la media.

Se necesita incorporar a las personas con DI en la sociedad en las mismas condiciones que a aquellas que no presentan una discapacidad: permitirles participar en sus decisiones sobre cómo envejecer, escuchar sus deseos y, lo que es más importante, dedicar tiempo a conocer las circunstancias que les rodean. Hacer efectiva la inclusión de todo el colectivo.

Fuente: entremayores.es
Imagen: Viralnova

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